28 de abril de 2025

“Quedé sepultada, absolutamente sepultada”: Historias que estremecen tras la tragedia en Jet Set, República Dominicana

“Quedé sepultada, absolutamente sepultada”: sobrevivientes del desastre en República Dominicana rompen el silencio

Cuando la noche pintaba para ser de fiesta, la vida de cientos cambió para siempre. El pasado sábado, en la icónica discoteca Jet Set de Santo Domingo, el techo colapsó repentinamente dejando una estela de dolor que aún sacude al país entero. 231 almas no lograron salir con vida, pero algunos, como Germán Peña y Yenire Mena, vivieron para contarlo… aunque las heridas van mucho más allá de lo físico.

El estruendo que partió la noche

Germán cuenta que todo ocurrió en segundos, pero que para él, fue como si el tiempo se hubiera detenido. “Estábamos bailando, gozando, cuando de repente escuchamos un sonido raro, como un crujido fuerte, y ¡pum!, todo encima de nosotros”, recuerda todavía con la voz entrecortada.

“Yo quedé atrapado, con una viga aplastándome la pierna. No podía moverme, no podía ni gritar bien. Solo pensaba en no dormirme, en no cerrar los ojos”, dice Germán, quien asegura que su instinto fue quedarse quieto para ahorrar fuerzas, mientras a su alrededor los gritos y el polvo llenaban el ambiente.

La angustia bajo los escombros

Para Yenire Mena, la experiencia fue todavía más brutal. “Quedé sepultada, absolutamente sepultada”, repite varias veces, como si todavía no terminara de creérselo. “No podía ver nada, todo era oscuro, sentía el peso encima mío y apenas podía respirar. Solo rezaba. Le pedía a Dios que me sacara de ahí, que no quería morir así”.

Durante horas, Yenire luchó entre la desesperación y la esperanza. “Hubo un momento en que me dije ‘ya, hasta aquí llegué’, pero enseguida sentí que alguien me agarraba la mano… era uno de los rescatistas”, relata con lágrimas en los ojos.

Héroes entre los escombros

El operativo de rescate fue una carrera contra el tiempo. Bomberos, policías, voluntarios y hasta civiles que pasaban por el lugar se lanzaron a remover escombros como podían, con picos, palas, hasta con las manos. Cada segundo contaba.

“Cuando sentí que me sacaban, fue como volver a nacer”, dice Germán, quien hoy se recupera de una fractura en el hospital, pero agradece estar vivo. Yenire también sufrió varias heridas, pero ninguna tan profunda como la de haber visto a amigos y desconocidos perder la vida a su alrededor.

Un dolor que pesa más que los escombros

El país entero está de luto. Las autoridades todavía investigan qué provocó el derrumbe del Jet Set, pero las primeras versiones apuntan a problemas estructurales que nunca fueron corregidos a tiempo.

Mientras tanto, para los sobrevivientes como Germán y Yenire, el simple hecho de seguir respirando ya es un milagro. “Uno sale a divertirse, no a morirse. Nunca pensamos que algo así podía pasarnos”, reflexiona Yenire, con esa mezcla de tristeza y fuerza que solo tienen quienes han peleado cara a cara con la muerte.

La vida después de la tragedia

Hoy, los dos luchan por reconstruir su vida, tanto física como emocionalmente. La tragedia de Jet Set dejó cicatrices imborrables, pero también historias de resistencia y esperanza que nos recuerdan lo frágil que puede ser todo… y lo importante que es aferrarnos a cada instante.

Desde aquí, enviamos nuestras condolencias a todas las familias afectadas. Que la memoria de quienes partieron sea honrada, y que los sobrevivientes encuentren la fuerza para seguir adelante.

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